¿Las construcciones en Perú preparadas para soportar fuertes sismos?
El Perú viene registrando constantes movimientos sísmicos. Recientemente Ica registró tres sismos de 4.8, 4.7 y 5.0 de magnitud y el pasado 30 de julio el IGP reportó un sismo de 6.1 grados en la ciudad de Piura, dejando a su paso cuantiosos daños materiales.
Esta realidad nos lleva a la pregunta ¿Qué tan preparadas están nuestras construcciones para soportar sismos de distinta intensidad?
El coordinador de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad César Vallejo, campus Trujillo, el Ing. Eduar Rodríguez Beltrán, indicó que, según el último censo del 2017, de las 7’699,000 millones de viviendas particulares registradas, solamente en 4’298,000 millones están hechas de concreto, ladrillo o bloque de cemento (55.83%); mientras que 2’148,000 millones están hechas a base de adobe o tapia (27.91%).
«Hay un alto porcentaje de viviendas de material noble (cemento y ladrillos) que se han construido sin intervención de un profesional, por lo que gran parte de estas viviendas autoconstruidas presentan niveles de vulnerabilidad importantes, situación que me preocupa frente a los sismos recurrentes que se han registrado en el Perú», resaltó el Ing Eduar Rodríguez Beltrán.
Por ello, ante esta realidad, es importante tomar en cuenta las siguientes recomendaciones para reducir el riesgo de daños:
– Actuar con prevención. Es importante que cada región del país evalúe el estado de las viviendas de su ciudad y proponga alternativas para su mejoramiento.
– Identificar lugares que necesitan ser liberados para funcionar como vías de escape y desarrollar la limpieza de techos.
– Las regiones con menos recursos podrían establecer alianzas con universidades para desarrollar mapas de riesgo y así planificar estrategias de emergencia.
– Hacer campaña de concientización a la población, para que realicen mejoras a sus viviendas siempre con ayuda profesional.
Por otro lado, el especialista también indicó que las ciudades donde hay construcciones como casonas virreinales y coloniales son un peligro latente para los transeúntes, ya que un gran número de ellas no han recibido el mantenimiento adecuado u oportuno.
Otro punto que debemos tomar en cuenta es que muchas viviendas se han construido, y se continúan construyendo, en las laderas de los cerros o sobre materiales de relleno. Las profundas grietas, como las que vimos en la arena en las zonas cercanas a la playa en Sullana, se llaman licuación de suelos. Esto, en un terreno arenoso, de grano uniforme y con la presencia de agua subterránea; ante una sacudida, se comportará como una sopa espesa y perderá la capacidad de soportar las viviendas cimentadas en esa zona.
Finalmente señaló que es necesario evaluar las construcciones a nivel nacional; y plantear reforzamientos de éstas para evitar rotura de tuberías como se ha visto en los centros comerciales de Sullana.