Nuevas tendencias del 2021 en el sector hotelero
Un estudio de Ostelea, Escuela de Management en Turismo, advierte que en marzo del 2020 al cerrar todos los establecimientos hoteleros, así como los restaurantes, gran parte de los debates, tanto a nivel académico como empresarial, se centraron en los desafíos que quedaron pendientes de asumir desde antes de la pandemia, donde ya se hablaba de la necesidad de descentralizar el turismo, sobre todo los centros urbanos de las grandes ciudades, pues era necesario avanzar para que los turistas no estuvieran siempre en los mismos barrios y locaciones sin ver nada nuevo o diferente.
Se ha hablado de otros retos como avanzar en la digitalización y eso significa la incorporación de herramientas digitales en lo que es la comercialización; desde chatbots hasta la asistencia por WhatsApp en la reserva a través de la web, pasando por determinadas herramientas que te sirven para conocer mejor al cliente, segmentarlo y poder dirigir hacia ellos las campañas comerciales de marketing.
Más allá del sector hotelero, los restaurantes se veían cara a cara con sus propias dinámicas y contradicciones. Nuevas formas de operar, nuevos agentes, la presencia, cada vez más notoria, de las aplicaciones de comida o de las plataformas de domicilios comenzaban a manifestar notoriedad. En torno a esto, el incremento del delivery y las dark kitchens eran un fenómeno que ya venía analizándose desde tiempo atrás en Estados Unidos, por ejemplo, el delivery se estaba haciendo desde el mismo restaurante, y varios estudios indicaban que se trabajaba más los jueves y sábados por la noche, pues no solo atendía la comida para llevar, sino también la presencia de clientes en el propio restaurante, con lo que ambas líneas de negocio se atosigaban unas a otras.
Además, los restaurantes tendrán que trazarse varios objetivos, empezando por identificar cuáles son los cambios de gestión necesarios en cada establecimiento, en los que se tienen que fijar para saber cómo va su negocio; primar la rentabilidad sobre el volumen, ya no vale tener muchos clientes, sino ver la rentabilidad, esto es, ofreciendo la misma calidad pero siendo más eficientes; tener una plantilla dimensionada correctamente en torno a su facturación, no valen esas bases de trabajadores que se acostumbraba antes para grandes volúmenes, hay que dimensionarlas según vaya llegando el trabajo.
Es recomendable hacer un seguimiento semanal sobre la cuenta de resultados, hay que ver cómo se está en diferentes aspectos semana a semana. Esto, que antes se hacía mes a mes, ahora hay que llevarlo a cabo cada semana; y, lo último, optimizar las compras, hay que comparar proveedores, elegir el que más se adapte a las necesidades y ofrecer, de esta manera, un producto honesto.
Más tendencias, más transformación
Una de las inclinaciones que más se destacan son los nuevos enfoques en Food & Beverage, los cuales tienen que ver con el uso de productos de proximidad, la alimentación sana, especificidades de los alérgicos, uso de la gastronomía como elemento de fidelización en el área hotelera, diferenciación dentro de los propios restaurantes, apuesta por el diseño, la imagen, la profesionalización y formación de los propios trabajadores de este tipo de establecimientos.
Asimismo, menos actores y más concentrados, será un pilar de los nuevos modelos de negocio, donde las empresas tendrán que diversificar su atención y centrarse, quizás en un principio, menos en los destinos urbanos y más en otros territorios, siempre teniendo en cuenta que las organizaciones no solo se deben a los turistas, sino también a sus trabajadores, mejorando su relación, conocimiento y atención, con especial énfasis en las pequeñas y medianas empresas.