Consejos para combatir la ansiedad y el estrés por Año Nuevo
Este año las Fiestas serán diferentes a lo que acostumbrábamos y, debido a la coyuntura, no podremos estar cerca de muchos seres queridos, por lo que sin duda puede afectar nuestro estado emocional. Por ello, es importante estar atentos a los signos que pudiesen advertir un posible cuadro de ansiedad y estrés, como pérdida de la energía física, bajo estado de ánimo, apatía, tensiones musculares, taquicardias, dificultad para conciliar el sueño, entre otras.
Alessandro Morí, docente de la carrera de Fisioterapia y Rehabilitación del Instituto Carrión, señala que aplicando técnicas de control de la respiración se pueden manejar estados emocionales negativos asociados al padecimiento físico, como ansiedad, depresión, estrés e incluso abordar patologías psiquiátricas como fobias o el trastorno de pánico.
El especialista recomienda realizar ejercicios respiratorios de manera periódica por unos cinco a 10 minutos por lo menos tres veces al día. Para ello, nos brinda tres técnicas:
1. La relajación mediante el suspiro: Siéntese o quédese de pie. Suspire profundamente, emitiendo, a medida que el aire va saliendo de sus pulmones, un sonido de profundo alivio. No piense en inspirar, solamente deje salir el aire de forma natural. Repita este proceso ocho o 12 veces, siempre que sienta que lo necesita, y experimente la sensación de que se está relajando.
2. El molino: Póngase de pie y estire los brazos hacia delante. Inspire y mantenga una respiración completa. Haga girar los brazos hacia atrás varias veces describiendo un círculo, y hágalo luego en dirección contraria. Para variar, intente moverlos alternativamente como si se tratara de un molino de viento. Expire con fuerza por la boca. Practique unas cuantas respiraciones purificantes. Repita este ejercicio cuantas veces lo desee.
3. Respiración profunda: Tiéndase en el suelo. Doble las rodillas y separe las piernas unos 20 cms, dirigiéndolas suavemente hacia fuera. Asegúrese de mantener la columna vertebral recta. Explore su cuerpo en busca de signos de tensión. Coloque una mano sobre el abdomen y otra sobre el tórax. Tome aire, lenta y profundamente, por la nariz y hágalo llegar hasta el abdomen levantando la mano que había colocado sobre él. El tórax se moverá un poco, al mismo tiempo que el abdomen.
Cuando se haya relajado sonría un poco, inhale aire por la nariz y sáquelo por la boca haciendo un ruido suave y relajante. Con ello su boca y su lengua se relajarán. Haga respiraciones largas, lentas y profundas que eleven y desciendan el abdomen. Continúe con cinco o 10 minutos de respiración profunda una o dos veces al día durante unas cuantas semanas.