Crece adquisición de tarjetas de crédito
A raíz de la pandemia del Coronavirus, el incentivo por el uso de nuevas formas de pago se ha vuelto más radical para los peruanos, sobre todo si nos referimos a plataformas de e-commerce donde se realizan compras de objetos indispensables para el hogar o de la contratación de productos y servicios financieros.
En ese contexto, la adquisición de una tarjeta de crédito resulta de mucha importancia y utilidad pues con ella podemos acceder a bienes y servicios a través de una aplicación móvil o portal web sin necesidad de acercarnos a algún establecimiento poniendo en riesgo la salud.
Según el estudio de Experian, en el mes de marzo de 2020, el saldo de las tarjetas de crédito utilizado, con respecto a marzo de 2019, fue mayor en un 8.73%. Sin embargo, debido a la pandemia, en los meses de junio y septiembre estos saldos utilizados en tarjetas de crédito con respecto a junio y septiembre 2019 no siguieron esa misma evolución, en su lugar decrecieron en -6.13% y -14.39% respectivamente.
Experian también detalla que el 29% de tarjetas de crédito emitidas activas en el sistema financiero no son utilizadas. El 87% de tarjeta habientes cuenta con al menos 3 tarjetas de crédito, lo cual refleja que el número de tarjetas usadas disminuye conforme el número de tarjetas de crédito emitidas activas aumenta.
Con relación a lo último, surge una interrogante, ¿Por qué se tiene tantas tarjetas si solo se utilizan la mitad de ellas? Hay usuarios que cuentan con más créditos de los que realmente utilizan. En ese sentido, si se está empezando a construir el historial de crédito, una tarjeta será suficiente para tener una experiencia exitosa antes de asumir mayores responsabilidades.
Diego Rincón, Country Manager Experian Perú señala que contar con una tarjeta de crédito es recomendable siempre que se administre de manera responsable y monitoreando siempre el no exceder la capacidad de pago en nuestras finanzas.
Finalmente, optar por tres tarjetas de crédito es el máximo que una persona puede gestionar de modo eficiente, teniendo en cuenta que una de ellas se use para situaciones excepcionales, y conociendo el nivel de planificación financiera tanto en fechas como en los montos a pagar mes a mes, sin que ello afecte al presupuesto mensual.