Lanzamiento de Una Tierra Prometida de Barack Obama
Barack Obama empezó a redactar sus memorias poco después de finalizar su mandato. Sentado frente a su cuaderno de notas, bolígrafo en mano y con un esbozo definido del libro en la cabeza, la intención del presidente Obama era ofrecer un retrato honesto de su tiempo en el cargo; no solo un registro histórico de los acontecimientos clave que tuvieron lugar durante su mandato y de las figuras más importantes con quienes interactuó, sino también una crónica de las corrientes políticas, económicas y culturales adversas que contribuyeron a determinar los desafíos a los que se enfrentó su Administración y las decisiones que su equipo y él tomaron en respuesta a ellos.
Obama pretendía también ofrecer a los lectores una impresión de cómo es ser el presidente de Estados Unidos, y recordar a la gente que, a pesar de todo su poder y su pompa, la presidencia no esmás que un trabajo y que los hombres y las mujeres que trabajan en la Casa Blanca experimentan la misma combinación cotidiana de sastisfacción, decepción, fricciones con los compañeros, pifias y pequeñas victorias que el resto de sus conciudadanos.
Por último, buscó contar una historia personal que pudiese inspirar a los jóvenes a plantearse una vida de servicio público, a partir de la constatación de que su propia carrera política en realidad había empezado como la búsqueda de un lugar donde encajar, una manera de explicar las distintas facetas de mi herencia mestiza, y cómo solo al ligar mi destino a algo que me trascendía había logrado en última instancia encontrar una comunidad y un sentido a mi vida.
Ahora, en Una tierra prometida, el esperado y emocionante primer volumen de sus memorias presidenciales, Barack Obama nos cuenta la historia de su inaudita trayectoria: cómo un joven en busca de su identidad se convirtió en líder del mundo occidental, al tiempo que describe con sumo detalle tanto su formación política como los momentos cruciales del primer mandato de su histórica presidencia, una época de grandes conmociones y de profundos cambios.
Con un espléndido estilo narrativo, invocando todos sus dones de escritor, Obama nos guía en un viaje increíble que abarca desde sus más tempranas aspiraciones en el mundo de la política hasta la emotiva noche del 4 de noviembre del 2008, cuando fue elegido presidente número 44 de Estados Unidos y se convirtió así en el primer afroamericano en ocupar el cargo más alto de la nación.
En una mezcla prodigiosa que conjuga lo personal con lo político, Obama descorre el velo y traza conexiones entre la experiencia de la vida cotidiana y la de la vida democrática para recordarnos que a pesar de nuestras diferencias, nos mantenemos unidos como un solo pueblo, y que juntos, los hombres y las mujeres de buena voluntad pueden encontrar el camino hacia un futuro mejor.
Compuesto por siete partes, que empieza por La apuesta y finaliza con En la cuerda floja, Una tierra prometida es un libro único, personal e introspectivo, que narra la apuesta de un hombre con la historia, la fe de un trabajador comunitario puesta a prueba ante el mundo.
Obama expone el díficil equilibrio entre hacer campaña como afroamericano, cargando con las expectativas de una generación ilusionada por ideales como esperanza, y cambio, y enfrentarse al desafío moral de tener que tomar decisiones de gran trascendencia.
Nos habla con franqueza de las fuerzas que se le opusieron tanto en su país como en el extranjero, revela cómo la vida en la Casa Blanca afectó a su esposa y a sus hijas, y no teme confesarnos sus inseguridades ni decepciones, sin dejar de lado su optimismo y su convicción de que, dentro del gran experimento americano, el progreso siempre es posible.
Con sus reflexiones en torno a la presidencia, Obama no solo nos ofrece un análisis único y profundo del alcance y los límites del poder, sino que también nos brinda una visión singular del funcionamiento de la política estadounidense y la diplomacia internacional, incluído el papel de Estados Unidos en el escenario mundial. Invita a los lectores a recorrer el interior del despacho Oval, la sala del Gabinete, la sala de Crisis, o acompañarlo a Moscú, El Cairo o Pekín.
Nos hace partícipes de sus pensamientos mientras compone su gabinete, lidia con una crisis financiera global, sopesa a Vladimir Putin, vence obstáculos aparentemente insuperables para lograr la aprobación de la reforma sanitaria, se enfrenta a generales sobre la estrategia de Estados Unidos en Afganistán, aborda la reforma de Wall Street, salva la industria automovilística estadounidense, traza un plan de acción para combatir el cambio climático, responde al devastador derrame de petróleo de Deepwater Horizon, y autoriza la Operación Lanza de Neptuno, que culmina con la muerte de Osama bin Laden.
Una tierra prometida contiene además las lecciones sobre civismo y liderazgo político aprendidas por Obama durante su mandato: que más allá de las buenas políticas, las costumbres y los rituales importan; que los símbolos, el protocolo y el lenguaje corporal importan; que para mantener la moral hay que dar ejemplo; que es importante conocer la opinión de tu equipo en relación a lo que se podría haber hecho mejor;de que nunca se puede satisfacer a todas las partes interesadas; que a veces el trabajo más importante, que es indudablemente prevenir desastres, permanece en la sombra, y que,independientemente de lo empinado que sea el camino, hay que seguir hacia delante.
Una de las creencias más inspiradoras que Obama comparte en estas memorias es la idea de que no debemos caminar solos, parafraseando al Dr. Martin Luther King Jr en su famoso discurso pronunciado en Washington en marzo de 1963.
Obama tiene la poderosa convicción de que la democracia no es un don del cielo y que nosotros, ciudadanos, somos más poderosos si vamos de la mano.