Cuidar nuestra mente es tan importante como cuidar nuestro cuerpo
De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Salud (MINSA), el 20.7% de la población mayor de 12 años padece algún trastorno mental. La ayuda psicológica como en cualquier evento de salud debe ser oportuna, pero muchas veces no somos conscientes de que ese cansancio, la dificultad de conciliar el sueño o la incapacidad de tomar decisiones pueden ser síntomas de algo más profundo, que nos impide llevar nuestra vida con normalidad.
Sin embargo, es una realidad también, que, en nuestra sociedad, existe mucho desconocimiento y tabú frente a todo lo concerniente a la salud mental y esto debe comenzar a cambiar. El Mg. Alfredo Jesús Barrientos Carbajo, psicólogo clínico y docente de la Psicología de la Universidad Norbert Wiener, nos explica: «Los chequeos tal como se realizan en la prevención física deben hacerse en la psicológica; algunas personas no detectan o dan importancia a los problemas psicológicos, teniendo reacciones tardías. Existen casos en que la necesidad del apoyo psicológico es evidente pero la persona lo posterga en la idea que la molestia puede ser controlada».
Otro aspecto que es importante considerar es a qué especialista acudir, ¿a un psicólogo o a un psiquiatra? Barrientes Carbajo nos ayuda a entender mejor las competencias de cada uno.
El psicólogo: tiene competencia en la persona sana, en riesgo y enferma y tiene como principal herramienta de tratamiento las terapias. En cuanto a los instrumentos de evaluación los psicólogos poseen los test psicológicos.
El psiquiatra: su competencia esencialmente son las personas enfermas por lo que hace uso principalmente de medicamentos para el tratamiento. El psiquiatra hace uso de escalas relacionadas con los síntomas, así como de análisis clínicos.
Para determinar si una persona requiere ayuda en este aspecto de su vida, es importante tomar en cuenta que existen indicios, que son signos que todos podemos percibir y/o síntomas que son los que sienten las personas tales como intranquilidad, dificultad para dormir, olvidos, pensamientos recurrentes, incapacidad para realizar alguna actividad teniendo todas las facultades requeridas, retraimiento, apatía, baja de ánimo persistente o tensiones continuas.
Si usted lleva mucho tiempo experimentando estos síntomas e indicios y no logra entender la causa quizás es momento de conversar con un profesional. «Inicialmente recomiendo asistir al psicólogo para determinar su condición. De existir la necesidad de derivar al psiquiatra, el psicólogo actuando con ética y responsabilidad para la salud de la persona, lo derivará», finalizó Barrientes Carbajo.