El COVID-19 acelera la transformación de los bancos

De la noche a la mañana, con la irrupción inesperada del COVID-19 en todo el mundo, el modelo de operaciones centralizado de los bancos tuvo que cambiar, y aquellos que ya estaban experimentando una lenta transformación digital tuvieron que acelerarla.

Antes de la llegada de la pandemia, la inclusión financiera ya era un reto para América Latina y el Caribe, de acuerdo al Banco Mundial, el 46% de la población de la región no está bancarizada. Otro dato interesante para analizar es el porcentaje de población adulta con acceso a una cuenta en el sistema financiero: se trata de un 54,4% (aproximadamente 247,3 millones de adultos tienen una cuenta bancaria y realizan sus operaciones en forma presencial). La pandemia hizo visible esta problemática de brecha digital financiera en cierta población de la región, ya que hasta el momento, la única solución conocida para luchar contra COVID-19 es el distanciamiento social o el aislamiento.

Teniendo en cuenta este contexto, muchos gobiernos y empresas se vieron obligados a buscar alternativas para promover la inclusión digital, ya se conocen nuevos servicios de transacción y pagos digitales. Pero al mismo tiempo que están trabajando para mover a los clientes/usuarios hacia diferentes canales digitales, los ciberatques aumentan y son cada vez más focalizados.

De acuerdo al último Reporte de Ciberseguridad 2020 de VU Labs, presentado por VU Security, compañía especializada en prevención de fraude y protección de la identidad, el 30% de los más de 500 miembros de organizaciones de 22 países (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Guatemala , México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay, entre otros), aseguran haber sido víctima de un ciberataque, de los cuales el 45% hace referencia a la pérdida de reputación como la consecuencia más frecuente. Otro dato para destacar, es que el 31% de los consultados considera que la mayoría de los ciberataques ocurren por una baja inversión en prevención.

Sebastián Stranieri, CEO de VU Security, sostiene que: «Una de las mejores formas de prevención en lo que se refiere a ataques informáticos es entender dónde están los riesgos. Si bien el error humano sigue siendo el motivo principal por el que se dan la mayoría de los ataques, existen otras herramientas que pueden ser utilizadas como punto de entrada por los atacantes. El 30% de los encuestados para nuestro reporte anual, cree que el punto más vulnerable son los equipos móviles, es decir, todos los smartphones, tablets y otros dispositivos portátiles que se utilizan».

Será necesario contar con soluciones que garanticen protección y se puedan integrar a los nuevos servicios y canales financieros, que están desarrollando y lanzando al mercado, los bancos, empresas y gobiernos. «Es clave poder integrarse a las herramientas comúnmente utilizadas por la población en general, sin pedirle al usuario que descargue nuevas aplicaciones o que agregue nuevas habilidades a las operaciones financieras que realiza en forma online», explica Stranieri, «Nuestras soluciones de seguridad pueden integrarse a los servicios de validación de identidad WhatsApp (Twilio y WhatsApp para empresas), Telegram, Facebook Messenger, Equipos de Microsoft, Skype, Zoom, entre otros», agrega.

La posibilidad de integrar soluciones de seguridad a las múltiples herramientas digitales, masivamente conocidas y utilizadas por la población, reducirá significativamente el accionar de los ciiberdelincuentes, aumentando la capacidad de las entidades financieras para otorgar beneficios a los ciudadanos, sin que estos se trasladen físicamente a los centros de atención al cliente.

«Las personas podrán realizar las operaciones y transacciones en cuestión de minutos, de forma segura, sin moverse de su casa, ni gastar dinero. De esta forma, la brecha de inclusión financiera en la región se irá reduciendo y de a poco, la población que hoy se encuentra por fuera del sistema bancario, pasará a ser incluido de forma digital», afirma Stranieri. Lo cierto, es que para que esto suceda, los usuarios, empresas y gobiernos, tendrán que intensificar los procesos de evangelización y concientización sobre la importancia de la ciberseguridad en la nueva normalidad que el mundo ya está viviendo.

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