AMD mejora 25 veces la eficiencia energética de sus procesadores
AMD anunció que ha superado su plan 25×20 cuya meta se fijó en 2014 con el objetivo de mejorar 25 veces la eficiencia energética de los procesadores móviles para el 2020.
El nuevo procesador móvil AMD Ryzen 7 4800H incrementó 31.7 veces la eficiencia energética de las mediciones base del 2014, ofreciendo un rendimiento líder y extraordinaria eficiencia para computadoras portátiles. Una mayor eficiencia energética proporciona a los usuarios beneficios significativos, incluyendo una mejor vida útil de la batería, mayor desempeño, menores costos de consumo eléctrico y la reducción del impacto ambiental derivado del cómputo.
La eficiencia energética de un procesador se determina según cuánto trabajo puede realizar por unidad de energía consumida. Para alcanzar el logro del plan 25×20, AMD se enfocó en mejorar el desarrollo de una arquitectura de sistema en chip (SoC, por sus siglas en inglés) altamente integrado y eficiente; mejorado con características de gestión energética en tiempo real y optimización de energía a nivel silicio.
AMD redujo el tiempo promedio de procesamiento para una tarea específica en un 80% de 2014 a 2020, mientras también alcanzó una reducción del 84% en el consumo de energía. Esto quiere decir que una compañía que actualice 50,000 laptops con tecnología AMD, pasando de modelos del 2014 a modelos del 2020, contaría con cinco veces más desempeño de cómputo y un consumo energético reducido en un 84%, lo que durante un lapso de tres años de servicio contabilizaría ahorros de aproximadamente 1.4 millones de kilowatts horas de electricidad y 971,000 kg menos de emisiones de carbono, el equivalente al crecimiento de 16,000 árboles en 10 años.
Alcanzar la meta 25×20 de eficiencia energética no solo entrega al usuario una experiencia más robusta, sino que también solidifica el liderazgo de AMD en términos de sustentabilidad. AMD fue la primera compañía de semiconductores en establecer metas de protección ambiental, incluyendo el plan 25×20, aprobado como un objetivo con bases científicas por la iniciativa Science Based Targets, considerada lo suficientemente agresiva para ayudar a mitigar los impactos del cómputo en el cambio climático.