5 recomendaciones para obtener una experiencia de juego más fluida

En poco más de una década, las pantallas móviles han pasado de paneles básicos con tasas de refresco de 60 Hz a pantallas AMOLED cada vez más avanzadas, capaces de ofrecer colores más vivos, negros profundos y frecuencias más rápidas. Esta evolución mejoró la experiencia al ver contenido multimedia o desplazarse en redes sociales, además de cambiar radicalmente la forma de jugar en el smartphone, donde cada detalle visual puede marcar la diferencia.

La tasa de refresco es la cantidad de veces que la pantalla se actualiza por segundo (medida en hercios, Hz) y determina cuán suave se percibe el movimiento.

Cuando los fotogramas por segundo (FPS) del juego y la tasa de refresco del panel están alineados, la acción se muestra con mayor nitidez, con menos estelas y menor sensación de tirones. Por ello, Jhair Olave, especialista de entrenamiento de vivo smartphone, explica cómo entender y aprovechar la tasa de refresco para obtener una experiencia de juego más fluida, sensible y estable.

Más fluidez en pantalla

A mayor tasa de refresco, más imágenes por segundo muestra la pantalla y menor es el desenfoque percibido al seguir objetivos rápidos. En shooters, MOBAs o juegos de carreras, esto se traduce en trazos más definidos de personajes y elementos, líneas del horizonte más estables y una lectura más limpia de partículas y animaciones. Un ejemplo claro es el vivo V50 Lite, que integra una pantalla AMOLED con frecuencias de actualización de 60 Hz, 90 Hz y 120 Hz, lo que permite al usuario elegir el nivel de fluidez según la tarea: desde un uso eficiente en redes sociales hasta el máximo desempeño en videojuegos.

El toque también debe ser rápido

La experiencia de juego no depende solo de lo que se ve, sino también de la rapidez con la que la pantalla responde al tacto. Una buena respuesta táctil permite que los movimientos de los dedos se reflejen de inmediato en la acción, lo que facilita disparar, saltar o girar con precisión. Esta característica es fundamental en juegos competitivos donde cada segundo es decisivo.

Adiós a los cortes en la imagen

Cuando un juego no mantiene una velocidad estable de cuadros por segundo, la fluidez puede interrumpirse con pequeños cortes o tirones. Para evitarlo, los smartphones modernos sincronizan la tasa de refresco con el ritmo real del juego, lo que asegura una experiencia más estable y continua, incluso en escenas de mucha acción.

Jugar sin gastar toda la batería

Mantener siempre la máxima tasa de refresco puede consumir más energía de la batería. Por esta razón, los dispositivos actuales, como el vivo V50 Lite ajustan de forma automática la frecuencia de actualización de la pantalla, según el escenario de uso y el consumo de energía del sistema, usándola al máximo en juegos y reduciéndola en aplicaciones más simples. Esto permite al usuario disfrutar de la fluidez sin preocuparse por el consumo excesivo ni el sobrecalentamiento del equipo.

No todos los juegos aprovechan la velocidad

Aunque muchos teléfonos cuentan con pantallas rápidas, no todos los juegos están diseñados para funcionar por encima de los 60 cuadros por segundo. Algunos títulos incluyen modos de 90 o 120 FPS, pero depende de cada desarrollador. Identificar estos juegos y activar las configuraciones adecuadas en el celular permite aprovechar al máximo el potencial de la pantalla.

De esta manera, la tasa de refresco se ha convertido en un aspecto clave para los videojuegos móviles, pues mejora la visualización del movimiento, ofrece un control más preciso y aporta estabilidad en la acción. En ese sentido, dispositivos como el vivo V50 Lite representan una opción ideal para quienes buscan un equilibrio entre fluidez, respuesta táctil y eficiencia energética.

Artículos relacionados

Back to top button