
¿Tu piel necesita más hidratación en invierno? Aprende a cuidarla
El clima de invierno, con temperaturas entre los 13.8 °C y 19 °C, e incluso menores a 10 °C en algunas zonas, viene acompañado de humedad, niebla y lloviznas, según registros del Senamhi. Estas condiciones pueden resecar la piel y volverla más sensible, por lo que es importante reforzar su hidratación diaria.
Para mantener la piel sana en invierno, es fundamental establecer una rutina de cuidado tanto para el rostro como para el cuerpo, considerando sus diferencias. La piel corporal, más gruesa y con menos glándulas sebáceas, es más propensa a la sequedad, especialmente en zonas como codos, rodillas y talones. Además, su renovación celular es más lenta y algunas áreas, como axilas, ingles o glúteos, están expuestas a mayor fricción o presión, por lo que requieren cuidados específicos.
¿Cómo mantener mi piel hidratada en invierno?
Durante el día y la noche, limpia tu rostro con fórmulas cremosas o en aceite suaves que no eliminen la barrera protectora. Aplica hidratante facial con ácido hialurónico y ceramidas, y por la mañana añade protector solar con energía UVA/UVB incluso en días fríos, reaplicando el producto cada tres horas. En la noche, puedes usar sérum de niacinamida o aceites vegetales (jojoba, argán), evitando exfoliantes físicos y optando mejor por los químicos para no debilitar la piel.
Para el cuerpo, opta por duchas cortas con agua tibia y usa limpiadores suaves sin detergentes agresivos. Luego de ello, mientras la piel aún está húmeda, aplica cremas o lociones densas con emolientes como ceramidas, manteca de karité y urea, prestando atención a manos, labios, codos y talones. Cubre piel expuesta con ropa o guantes para protegerla de cambios de temperatura y reducir la pérdida de masa lipídica cutánea.
Recuerda que para elegir el producto ideal, lo mejor es acudir primero a un especialista, quien podrá recomendarte una rutina personalizada según tu tipo de piel, necesidades, estilo de vida y presupuesto.



