Mitos y verdades sobre la fiebre en los niños
Una de las mayores preocupaciones de cualquier padre es cuando su hijo se enferma y presenta fiebre. Son muchos los mitos alrededor del tema que pueden generar confusión sobre cómo deberíamos proceder ante estos casos.
La fiebre se puede medir con el tacto
Si bien la fiebre puede detectarse con el tacto, ésta solo puede medirse con un termómetro. El uso de un termómetro es indispensable para conocer el grado de temperatura corporal y reconocer si el niño tiene fiebre grave, leve o solo una calentura.
La fiebre es una enfermedad
La fiebre no es una enfermedad, es un síntoma. Teniendo esto claro, podemos decir que se llama fiebre al aumento de la temperatura corporal por encima de sus valores normales (mayor o igual a 38°C), y puede darse por diversos factores, en su mayoría infecciones. La fiebre es parte de la respuesta inflamatoria del cuerpo ante un agente extraño, es por eso que forma parte de nuestro mecanismo de defensa.
Teniendo esto en cuenta, la licenciada en enfermería Cecilia Velarde del Instituto Superior Daniel Alcides Carrión nos da información importante a tener en cuenta.
¿Qué hacer si nuestro hijo presenta temperatura de 38° a más?
Lo primero que debemos recordar es que la fiebre es un síntoma, por lo que la verdadera razón por la que el niño pasa por esta debe ser diagnosticada por un médico profesional. En casa, y solo como medida momentánea, se puede poner paños de agua tibia en la frente y brindarle líquidos a temperatura ambiente para evitar deshidratación.
¿Cuándo debemos consultar a un doctor por una fiebre?
Hay una delgada línea en cuanto a tratar la fiebre en casa se refiere y cuando es necesario asistir al doctor. Sin duda, cada padre conoce a sus hijos y podrán decidir cuándo recurrir al médico. Sin embargo, debemos tomar en cuenta algunos síntomas que acompañan la fiebre y por los cuales se debe acudir al doctor sin dudar. Los síntomas son los siguientes:
– Fiebre por más de 3 días o que subsiste luego de tomar antipiréticos.
– Pérdida del apetito.
– Dolor corporal muscular intenso.
– Sudoración.
– Escalofríos.
– Vómitos.
Recordemos que debemos evitar la automedicación, pues lo más seguro siempre será estar atentos al desarrollo de los síntomas y recurrir a un profesional en salud que nos dé un diagnóstico y tratamiento preciso para el caso.