Técnicas y herramientas para conciliar el sueño

Una de las situaciones más frustrantes para los padres, y que además les ocasiona diversas interrogantes, es no lograr que su hijo duerma de corrido durante la noche. La falta de sueño no solo termina afectando el estado emocional de los padres sino también la del bebé o el niño, por lo que es importante que se promuevan hábitos de sueño saludable.

Dormir es esencial para todos, pero en los bebés y niños es más relevante porque desempeña un papel fundamental en su desarrollo, tanto físico como cognitivo. El descanso contribuye a un crecimiento saludable, les brinda estabilidad emocional, fortalece el sistema inmunológico, favorece la concentración y memoria, y ayuda a procesar la información y aprendizaje que se tiene durante el día.

La Organización Mundial de la Salud, en sus últimas directrices destinadas a mejorar la calidad de vida de los niños y adolescentes, señala y recomienda que el tiempo en horas de sueño debe ser el siguiente:

– De 0 a 3 meses de 14 a 17 horas.
– De 4 a 11 meses de 12 a 16 horas.
– De 1 a 2 años entre 11 a 14 horas
– De 3 a 4 años de 10 a 13 horas
– De 6 a 13 años entre 9 a 12 horas

Además, durante los primeros cinco años de vida hay que incluir siestas en la rutina de los pequeños.

«El sueño tanto para niños como adultos tiene una relación estrecha con la salud mental. Por lo tanto, dormir menos de lo que corresponde podría generar estrés, depresión, ansiedad y comportamiento agresivo, según diversas investigaciones. Si bien entrenar al niño para dormir puede resultar una tarea retadora, la oportunidad de lograr un mejor descanso para ti y tu hijo es una opción muy beneficiosa y saludable», afirma Jean Carlos Hurtado, docente de la carrera de enfermería del Instituto Carrión.

Por ello, el especialista brinda las siguientes recomendaciones para lograr que los más pequeños del hogar logren conciliar el sueño.

1. Limita el uso de dispositivos electrónicos. Evita mantenerlos frente a una pantalla ya sea, celular, Tablet o televisión, al menos una hora antes de acostarse. La luz azul emitida por las pantallas puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño.

2. Crea un ambiente adecuado. Hacer del ambiente donde duermen un espacio agradable es ideal para que concilien el sueño. Asegúrate de que su habitación esté oscura, tranquila, a una temperatura confortable y que cuente con objetos que sean de su gusto.

3. Bríndale una alimentación saludable. Una cena ligera y saludable puede ayudar a evitar problemas digestivos que interfieran con el sueño. Limita el consumo de grasas y azúcares antes de dormir.

4. Fomenta la actividad física. Bríndales actividades recreativas que les hagan gastar energía durante el día para que su propio organismo busque recuperarla con las horas de sueño. Sin embargo, evita actividades físicas intensas justo antes de acostarse, ya que pueden tener un efecto estimulante.

5. Establecer una rutina constante y predecible para la hora de dormir. Puede ser una de las herramientas más efectivas para asegurar un buen descanso. Esta rutina debe ser tranquila y relajante, ayudando al niño a asociar ciertas actividades con el sueño. Por ejemplo, leerles un cuento o poner música suave que estabilice su mente y le permita descansar y relajarse. La consistencia en los horarios también es clave, incluso durante los fines de semana, para regular el reloj biológico del niño.

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