Conoce los mitos y verdades sobre el cáncer de piel
La radiación ultravioleta en el Perú alcanzó su más alto nivel con 18 puntos, convirtiéndose en uno de los países que recibe mayor radiación solar, seguido por Bolivia, Chile y Argentina. Estos altos índices de radiación ponen en riesgo la salud de los peruanos al ser una de las principales causas del cáncer de piel.
Solo en Perú, hasta 2020, se han registrado 1.282 nuevos casos de cáncer por melanoma en la piel, según el Global Cancer Observatory (Globocan). Asimismo, según datos del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del MINSA, en el lapso de 2021 a 2023, se contabilizaron 3.525 casos de cáncer de piel, una cifra alarmante que en un gran porcentaje es ocasionado por la exposición insegura a los rayos solares en momentos del día de elevado riesgo.
El Dr. David Godoy, jefe de dermato-oncología de FALP, explica que el cáncer de piel puede dividirse en dos grandes grupos, melanoma y cáncer de piel no melanoma: El melanoma es el menos frecuente, pero más agresivo, y responsable del 50% al 80% de las muertes por cáncer a la piel. Por otro lado, entre los cánceres de piel no melanoma se encuentran el carcinoma basocelular, que es el más frecuente y de mejor pronóstico, y el carcinoma espinocelular, que puede tener una agresividad variable.
Ante estas condiciones climáticas, el Dr. Godoy, destaca la importancia de fomentar una cultura de concientización, que ayude a más personas a tomar las medidas necesarias para proteger su piel de la radiación UV, considerando el incremento de casos vinculados al cáncer de piel.
Verdades:
– La asociación entre la radiación ultravioleta (UV) y el cáncer de piel es clara y categórica. La exposición a los rayos UV es el factor de riesgo más preponderante para el cáncer de piel.
– El cáncer de piel es uno de los cánceres más frecuentes en la mayoría de los países y su incidencia está en aumento.
– El cáncer de piel se divide en dos grandes grupos: melanoma y no melanoma (carcinoma basocelular y carcinoma espinocelular).
– El melanoma es el cáncer de piel más propenso a diseminarse a otras partes del cuerpo y puede ser potencialmente mortal si no se detecta y trata tempranamente.
– La detección temprana del cáncer de piel es fundamental para un tratamiento exitoso.
– La radiación ultravioleta es carcinógeno tipo 1 en el cáncer de piel, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
– Existen medidas preventivas efectivas para reducir el riesgo de cáncer de piel, como buscar la sombra, usar protector solar factor 30 o superior, no exponerse al sol entre las 11.00 y las 16.30 horas, y llevar ropa con protección UV.
– La detección temprana del cáncer de piel puede hacerse mediante el ejercicio del autoexamen y la observación de los cambios en los lunares.
Mitos o Creencias erróneas:
– Solo las personas de piel clara están en riesgo de cáncer de piel.
Realidad: Si bien las personas de piel clara tienen un mayor riesgo debido a una menor cantidad de melanina en la piel, todas las personas, independientemente de su tono de piel, pueden desarrollar cáncer de piel con la exposición prolongada a los rayos UV.
– La exposición al sol es inofensiva si no resulta en quemaduras solares.
Realidad: La exposición crónica al sol, incluso sin quemaduras, puede aumentar el riesgo de cáncer de piel. Los daños acumulativos del sol pueden manifestarse con el tiempo, incluso décadas más tarde.
– Aplicar protector solar una vez al día es suficiente para protegerse.
Realidad: El protector solar debe aplicarse regularmente y reaplicarse cada dos horas, especialmente después de nadar, sudar o secarse con una toalla. Una sola aplicación no proporciona una protección duradera.
– Las camas de bronceado son una alternativa segura para obtener un bronceado.
Realidad: Las camas de bronceado emiten radiación ultravioleta que puede aumentar significativamente el riesgo de cáncer de piel y otros problemas de salud.
– El cáncer de piel es fácilmente visible y siempre se presenta como una mancha oscura.
Realidad: Si bien algunos cánceres de piel pueden ser visibles a simple vista, otros pueden ser más difíciles de detectar. Es importante realizar autoexámenes regulares de la piel y consultar a un dermatólogo si se observan cambios sospechosos en los lunares o en la piel.