El principio de la educación

La educación no puede parar. Ante el anuncio de que las clases presenciales no se reiniciarán en el año escolar 2020, dada la propagación del COVD19, y considerando los desafíos y oportunidades que esto significa, el Comité Estratégico de Educación de IPAE Asociación Empresarial hace un llamado a toda la comunidad educativa, autoridades y a los peruanos en general, a reflexionar sobre el verdadero propósito de la educación: formar personas capaces de construir su proyecto de vida, de desarrollarse en la era digital, comprometidas a ejercer su ciudadanía, y a buscar el bien de la sociedad.

Se debe recordar este propósito y sumar esfuerzos para repensar la forma de cómo lograrlo. La educación no es una fábrica que produce aprendizajes estandarizados, ni se debe relacionar con el número de horas impartidas; es un proceso que permite el desarrollo del potencial de cada estudiante para que logre sus metas personales y ayude a construir un mundo mejor.

Es importante tener en cuenta que se está ante una crisis sanitaria mundial sin precedentes y que hoy, la prioridad es la salud y garantizar el derecho a la educación de cerca de 10 millones de estudiantes en el Perú. Es así que el Comité, ha desarrollado unos Principios de Acción para una Educación de Calidad, y compartimos las siguientes reflexiones, que contribuyen a clarificar el panorama:

1. PRINCIPIO: PERSONAS QUE APRENDEN

– La educación se centra en el desarrollo integral de los estudiantes. La situación que se está viviendo permite formarlos como aprendices a lo largo de su vida, poniendo énfasis en el desarrollo de ciertas competencias que son de gran impacto para su futuro, como las competencias ciudadanas, la solidaridad, el autocuidado de la salud, el aprendizaje autónomo, habilidades digitales; entre otras; fomentando en ellos una actitud favorable para pensar en el bien común y en la construcción de una mejor sociedad.

– Se debe atender las necesidades de todos los estudiantes, realizando un trabajo inclusivo y personalizado, comprendiendo las particularidades de cada nivel, y cuidando especialmente a quienes se encuentran en su primera infancia. Es en los más pequeños en quienes se debe poner mayor atención para estimular su desarrollo, brindarles afecto y cuidado.

– Se ha generado una crisis de confianza que afecta la relación entre los estudiantes, padres de familia, instituciones educativas y el Estado, en un momento donde se necesita que todos se involucren y trabajen juntos para salir adelante.

– Los padres han sido siempre los primeros educadores de sus hijos, por lo que se requiere de su colaboración activa: organizando tiempos y recursos para que sus hijos se conecten a la modalidad del tipo que sea; monitorear el cumplimiento de las tareas, dar mensajes positivos y de valoración a sus avances. Sin embargo, los padres no deben ser vistos como docentes; su rol principal es propiciar que el hogar sea un espacio saludable y seguro, donde prime el amor y la confianza. En este esfuerzo, no deben estar solos, sino que deben recibir el acompañamiento y la orientación de los maestros y directivos.

2. PRINCIPIO: DOCENTES QUE INSPIRAN

– Los docentes son pieza clave en este proceso. La emergencia está transformando su rol a facilitadores del aprendizaje, brindando un soporte socioemocional y, ayudando a los estudiantes a conectarse con sus compañeros y con su mundo.

– La labor del profesor es más compleja en esta emergencia, debido a que deben buscar la mejor manera de motivar el aprendizaje de sus estudiantes. Implica que el maestro planifique con cuidado cada actividad, seleccione los diferentes recursos, y brinde una retroalimentación a lo que se va produciendo como evidencia del aprendizaje. Esto toma mucho más tiempo de lo que demanda la modalidad presencial, y esta dedicación es clave para lograr los aprendizajes deseados, más que el tiempo de la conexión misma.

– Lo descrito da cuenta del enorme reto que está afrontando el docente para implementar todas estas estrategias. Hoy, más que nunca, es necesario revalorar la docencia, reconocer su esfuerzo y garantizar que su labor no sea interrumpida, ya que el retroceso en los aprendizajes sería mucho más grave ante una paralización prolongada. Para ello, es de gran importancia el trabajo colaborativo, por lo que el establecimiento de redes de colaboración entre maestros es una tarea inevitable.

3. PRINCIPIO: INSTITUCIONES CON PROPÓSITO

– En la actualidad, los directores de los colegios y los representantes de las instituciones de educación superior, son los llamados a asumir un liderazgo diferente, a dar respuestas ante la incertidumbre y tranquilidad a los padres de familia y a sus estudiantes:

Manteniendo un vínculo cercano, a través de comunicaciones frecuentes por diversos medios, respondiendo dudas e inquietudes.

Aclarar que la educación a distancia es un nuevo entorno de aprendizaje que tiene su propia lógica y que requiere de un importante grado de autonomía del estudiante.

Clarificando la situación, pues resulta equívoco buscar equivalencia simple entre lo presencial y el trabajo remoto (por ejemplo, medida en horas), porque las exigencias son distintas. Hacer educación a distancia, no es de ningún modo, sentar al estudiante frente a una pantalla (de TV o de equipo de cómputo) 6 o 7 horas al día. Es organizar la experiencia de aprendizaje utilizando otro tipo de recursos.

Se tiene la oportunidad de fortalecer a la comunidad de aprendizaje, permitiendo que los estudiantes se desarrollen tanto en lo cognitivo, en lo físico y en lo emocional. Es una excelente oportunidad para que los padres conozcan la modalidad a distancia y puedan involucrarse más en la educación de sus hijos. No solo aprenden los estudiantes, en esta emergencia aprendemos todos los actores que tienen que ver con el desarrollo de los niños y adolescentes.

– Priorizar el diálogo. En el caso de las instituciones educativas privadas, es importante que los padres de familia que están siendo afectados en su economía, conversen con las autoridades de la organización sobre su situación. El actual contexto de crisis afecta a todos los peruanos y lo que puede aparecer como un alivio para unos, se puede traducir en serios problemas para otros, tal es el caso de los propios docentes. Romper la cadena de pagos es un riesgo que puede comprometer la propia prestación de los servicios que reciben los estudiantes.

4. PRINCIPIO: SISTEMA QUE HABILITE

– El Ministerio de Educación, como ente rector, es llamado a establecer, con la prudencia y flexibilidad que la emergencia amerita, las condiciones de calidad mínimas en las que deben operar las instituciones educativas, públicas y privadas, de todos los niveles educativos, desde la básica hasta la superior, así como definir las políticas que implementará para favorecer la educación a distancia.

– Se solicita a las autoridades del sector que acompañen a las instituciones educativas para adaptarse, de la mejor manera, al nuevo escenario, brindando lineamientos claros, apertura al diálogo y apoyo constante. No es momento de sancionar, es momento de construir, de establecer alianzas y de compartir las mejores prácticas. Es tiempo de sumar e innovar, hay experiencias internacionales y locales que se pueden replicar.

Las crisis vienen acompañadas de oportunidades y, para el sector Educación, esto representa una gran oportunidad para repensar la educación y potenciarla. Es fundamental el compromiso de todos los peruanos para lograrlo. Desde IPAE ratificamos nuestro compromiso de impulsar un Perú desarrollado, más aún en tiempos de crisis, y continuaremos impulsando la reflexión y generación de propuestas, a través tanto de los nuevos espacios digitales CADEx, así como de CADE Educación, para continuar sumando a una educación de calida

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