OPPO abre a Perú las puertas de su fábrica en China

¿Qué hay detrás de la tecnología de los smartphones? ¿Qué procesos realizan para fabricar uno? ¿Cuáles son las duras para pruebas de calidad a las que son sometidos antes de su lanzamiento? Para responder esas dudas, OPPO decidió abrir las puertas de su fábrica en Shenzhen, China, y mostrar todo el proceso de cómo se elabora un teléfono inteligente de alta calidad.

En el mundo, OPPO cuenta con ocho sedes en donde el conjunto entre maquinarias y personas dedican su tiempo a desarrollar la tecnología de alta calidad de la que se caracterizan. La principal de ellas es la ubicada en la ciudad Shenzhen, considerada una de las más grandes y modernas de la compañía, que abrió recientemente sus puertas a medios de comunicación latinoamericanos, entre ellos Perú.

Como se pudo apreciar en un reciente informe emitido en un conocido programa periodístico peruano que llegó hasta Shenzhen, para poder desarrollar un dispositivo móvil, en la fábrica de OPPO empiezan con todo lo relacionado al ensamblaje de tarjetas madre, lo que viene a ser el corazón del equipo. Inmediatamente, se hace la conexión de la memoria RAM, el chip ROM y el núcleo principal o procesador.

Para poder ensamblarlas, tienen un total de siete líneas de producción que, al final del día, generan un total de 6.000 placas.

«Durante años, en China, la tecnología ha conseguido un hábito en conocimiento y desarrollo. De hecho, las necesidades del usuario también han crecido y, conforme a este hábito, OPPO también ha tenido muchos avances. Sin embargo, siempre prestamos atención a la experiencia y beneficio de los insumos, porque estamos convencido de que la tecnología debería servir para mejorar la vida del ser humano y eso también tiene que ver con nuestro valor de orientación a los usuarios», destacó Edward Tian, jefe de Laboratorio de Tecnologías de Carga de OPPO.

Pruebas de confianza

En los casi 60 mil metros cuadrados con los que cuenta el campus de OPPO, también está el laboratorio de confiabilidad en donde cada dispositivo es sometido a distintas pruebas de calidad. Una de ellas es una rutina en la que los smartphones pasan por 12 y 32 caídas en promedio.

Luego, pasan por una máquina que crea hasta mil torceduras para probar la resistencia de la pantalla. En la siguiente etapa, los dispositivos son conectados durante ocho horas para comprobar el correcto funcionamiento en los primeros segundos de encendido y evaluar la proyección de los colores.

En la última etapa, y antes de salir a distribución, son sometidos a una rigurosa evaluación donde más de 300 empleados revisan cada detalle del diseño, la cámara, la pantalla y todos los demás componentes. Todas estas pruebas se realizan de manera constante por 70 días antes de que se lance un smartphone al mercado.

Por ejemplo, antes de lanzar el reciente Reno 10, se llegaron a revisar cerca de 2 mil smartphones por día para que su llegada al mercado mantenga los estándares de desempeño con los que OPPO se ha caracterizado, al punto de que es la única marca que ofrece dos años de garantía en todos sus dispositivos.

Según se pudo apreciar en el mismo informe, esta marca cuenta además con distintos dispositivos como relojes inteligentes, tablets y hasta televisores con cámara incorporada para videoconferencias.

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