5 mitos y verdades del cáncer de próstata
En el Perú se detectan casi 9000 casos de cáncer de próstata anualmente, según los reportes del Ministerio de Salud. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son fundamentales para combatir esta enfermedad, recalca el doctor Ulises Núñez, urólogo de la Clínica Ricardo Palma. A continuación despeja algunas dudas frecuentes sobre esta afección.
¿El cáncer de próstata solo afecta a personas mayores de 60?
Falso, también se presenta en hombres menores de 60. Sin embargo, esta enfermedad es más frecuente en varones mayores de 60 años. La mayoría de los casos se diagnostica en hombres de más de 65 años. En varones menores de 60 años la patología suele ser más agresiva. El especialista explica que el envejecimiento es uno de los factores de riesgo de esta afección. Antecedentes familiares de la enfermedad, origen étnico (los afroamericanos tienen un mayor riesgo), obesidad y exposición a ciertos productos químicos son otros factores que predisponen su desarrollo.
¿El cáncer de próstata siempre se cura?
Falso. No todos los casos de cáncer de próstata se curan, pero el pronóstico para esta enfermedad suele ser favorable, especialmente si se detecta en etapas tempranas. La curación depende de varios factores, como el estadio en que se encuentra el cáncer, grado de agresividad de la neoplasia y respuesta al tratamiento. En muchos casos, el cáncer de próstata crece lentamente.
Las opciones para el tratamiento son muy variadas: cirugía, radioterapia, terapia hormonal o terapia dirigida. Es importante destacar que cada caso es único y el tratamiento y pronóstico varían según las características de cada paciente. Cada caso es manejado por un equipo de especialistas (urólogo, oncólogo y radioterapeuta) a fin de obtener un diagnóstico más preciso y un tratamiento idóneo.
¿Los exámenes para diagnosticar cáncer de próstata pueden resultar incómodos?
Verdadero. Algunas de las pruebas pueden resultar molestas para los pacientes. Los principales métodos de detección son el análisis de sangre del antígeno prostático específico (PSA) y el examen digital rectal (EDR). El análisis de PSA implica tomar una muestra de sangre para medir los niveles de PSA, una proteína producida por la próstata.
Aunque es un procedimiento relativamente sencillo, algunos hombres pueden sentir molestias durante la extracción de sangre o experimentar ansiedad relacionada con los resultados. El examen digital rectal (EDR) es un procedimiento en el que el médico inserta un dedo enguantado y lubricado en el recto para palpar la próstata y detectar cualquier anormalidad.
Aunque puede ser fastidioso o generar cierta incomodidad, es un procedimiento rápido y no doloroso. Es importante recordar que el EDR es una parte importante del examen de detección temprana.
El cáncer de próstata no tiene síntomas ni en etapas avanzadas
Falso. En general, el cáncer de próstata en su estadio temprano no suele presentar síntomas específicos, lo que puede dificultar su detección precoz. Sin embargo, a medida que la afección progresa, especialmente en etapas más avanzadas, aparecen síntomas como:
Problemas urinarios: Dificultad para orinar, necesidad de orinar con más frecuencia, sensación de urgencia urinaria, flujo débil de orina o interrupciones en el flujo urinario.
Sangre en la orina o semen: Puede presentarse sangre visible en la orina o el semen.
Dolor: Puede experimentarse molestias en la zona de la próstata, en la parte baja de la espalda, en la pelvis o en los huesos, especialmente en etapas avanzadas. Es importante tener en cuenta que estos síntomas no son exclusivos del cáncer de próstata y pueden estar relacionados con otras afecciones de la próstata, como la hiperplasia prostática benigna (HPB). Las personas con malos hábitos alimenticios tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
Verdadero. Existen evidencias científicas que sugieren que los malos hábitos alimenticios pueden aumentar el riesgo de presentar ciertos tipos de neoplasias. Aunque la relación entre dieta y cáncer de próstata no es completamente comprendida, se han identificado algunos factores dietéticos que pueden influir en su desarrollo. Ciertos estudios han informado que una dieta rica en grasas saturadas, carnes rojas procesadas y lácteos enteros aumenta la posibilidad de sufrir cáncer.
Por otro lado, una alimentación saludable y equilibrada, que incluye una ingesta adecuada de frutas, verduras, granos enteros, pescado y alimentos bajos en grasas saturadas no solo es beneficiosa para el sistema inmune, también ayuda a reducir el riesgo de sufrir neoplasias.