Diagnóstico temprano del lupus

El lupus es una enfermedad auto inmunitaria crónica que es difícil de diagnosticar por la diversidad de síntomas que presenta, los cuales pueden afectar a diferentes partes del cuerpo como la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón y los pulmones.

Suele atacar más a mujeres en edad reproductiva, pero también afecta a hombres y a personas de cualquier edad. La buena noticia es que un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los que lo padecen.

De acuerdo con la doctora Nandy Vega, subdirectora médica de Centros Médicos de MAPFRE, los síntomas habituales del lupus pueden incluir fatiga extrema, fiebre, dolor muscular y articular, enrojecimiento de mejillas y nariz, úlceras bucales o nasales, problemas renales, entre otros. «Es importante estar atento ante cualquier duda y acudir a un especialista en caso se presenten estos síntomas, para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo», precisa.

La Dra. Vega explica que el diagnóstico del lupus se realiza a través de una combinación de exámenes de sangre, pruebas de imágenes y análisis de los síntomas del paciente. Para el tratamiento, el enfoque más común se orienta a controlar los síntomas y prevenir complicaciones a través de medicamentos, terapia física y cambios en el estilo de vida.

La detección temprana y el diagnóstico oportuno del lupus son fundamentales para garantizar una buena calidad de vida de las personas que lo padecen. Por ello, es importante realizar un seguimiento continuo con el médico especialista y llevar a cabo los exámenes necesarios para monitorear el estado de la enfermedad.

El tratamiento del lupus puede incluir medicamentos como corticosteroides, antimaláricos y agentes inmunosupresores. La Dra. Vega recomienda además algunos cambios en el estilo de vida:

Protegerse del sol: La exposición a los rayos solares puede desencadenar o empeorar los síntomas del lupus. Se aconseja evitar la exposición directa y usar protector solar con un alto factor de protección.

Llevar una dieta saludable: Una dieta equilibrada puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la salud en general. Se recomienda evitar alimentos procesados ​​y ricos en grasas saturadas, y aumentar la ingesta de frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables.

Hacer ejercicio regular: El ejercicio puede ayudar a reducir el estrés, mejorar la flexibilidad y la fuerza muscular, y aumentar la energía. Sin embargo, es importante evitar el ejercicio intenso y consultar con el médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicio.

Descansar: La fatiga es uno de los síntomas más comunes del lupus, por lo que es importante descansar lo y planificar las actividades diarias suficientes para evitar la sobrecarga de energía.

Mantener un registro de los síntomas: Llevar un registro de los síntomas puede ayudar a identificar patrones y desencadenantes, ya ajustar el tratamiento en consecuencia.

Manejar el estrés: El estrés puede desencadenar o empeorar los síntomas del lupus, por lo que es importante encontrar formas efectivas de manejar el estrés, como la meditación, el yoga o la terapia cognitivo-conductual.

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