ICPNA presenta Disonancias y Derivas de Nicole Franchy
Como parte de su misión en la difusión de la cultura, el ICPNA Cultural presenta la muestra DISONANCIAS Y DERIVAS, de la artista Nicole Franchy, bajo la curaduría de Augusto Del Valle.
La exposición se presentará hasta el domingo 5 de marzo en el Espacio Venancio Shinki del ICPNA de Miraflores (Av. Angamos Oeste 120, Miraflores). El horario de visitas es de martes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m., y el ingreso es libre.
En DISONANCIAS Y DERIVAS, Nicole Franchy plantea un complejo de situaciones asociadas a una trama visual articulada a un creativo concepto que junta paisaje y territorio. Así mismo, de manera sorprendente, se mueve entre la fotografía, el dibujo y el documento. En ese sentido, tanto la política de archivos (un amplio bagaje de fotografías y dibujos que ella colecciona) como la documentación de procesos vinculados a una historia del planeta, consolidan planteamientos críticos que señalan hacia fenómenos tales como la deforestación generalizada, pero también hacia la inercia local de un capitalismo informe que se apropia de vastos espacios de nuestra Amazonía.
En la exposición hay tres conjuntos visuales, landscapes con asociaciones que se aproximan a tales situaciones, en los que, surgen aquí y allá minerales con diversas formas, hitos fascinantes por descubrir. En el primer conjunto se asiste a imágenes de la Amazonía peruana en collages y paisajes casi planos, en vistas desde diferentes alturas, a una suerte de reducción que nos lleva de la fotografía a la línea del dibujo. Estas imágenes reportan, así mismo, en inscripciones y palabras de la artista que resultan útiles para instalar una narrativa y operar tanto en la realidad (en los meandros del rio Ucayali, en las zonas calientes de la minería ilegal), como en la ficción (¿mapas ficticios? ¿indicaciones escritas? ¿jeroglíficos sociales?).
Un segundo grupo de dos polípticos (anverso y reverso sobre el lienzo), cuyas representaciones señalan hacia el tiempo largo, al Antropoceno; es decir, a una historia de la Tierra, en la que los efectos del trabajo humano sobre los ecosistemas resultan cruciales, a través de la elección de un buen número de representaciones de la minería ilegal y de residuos contaminantes.
Por último, un tercer grupo, en el que surge, de pronto, una constelación de paisajes montañosos que se remiten a minerales de formas a veces extrañas, fascinantes e iridiscentes, una luz que viene del interior de cada objeto casi como en una luciérnaga. Una escala que, a través de una cuadrícula, nos impulsa a una lectura distinta, a una historia no humana.