Imelda de Val, marca de joyería que apuesta por la sostenibilidad
Inspirada por el arte, la feminidad y el lujo con conciencia, Valery Lisboa funda Imelda de Val en el 2006, año en que el concepto de joyería sostenible era aún algo nuevo y nada popular en Latinoamérica. Sin embargo, su especialización en GIA (Gemological Institute of America), además de permitir la asesoría a su público sobre selección de piedras preciosas y diamantes, le valió también para ampliar su cartera de clientes y compartir con ellos sus propósitos ambientales y sociales.
Hoy, 15 años después, Imelda de Val ha logrado posicionarse como una de las marcas más solicitadas de joyería de alta gama en Perú, apostando por el trabajo artesanal, el comercio justo y el uso de materiales sostenibles, lo que la ha hecho acreedora del sello FAIRMINED, un reconocimiento de sostenibilidad para la industria del oro que asegura la trazabilidad (el origen) de este material y la extracción de forma respetuosa con el medio ambiente y las personas que participan en cada uno de estos procesos.
Se calcula que de los 5 millones de onzas de oro que exporta el Perú anualmente, más de un millón (22% aproximadamente) corresponde a la minería ilegal. Al negativo impacto ambiental y social que causa esta actividad ilícita, se le suma también el impacto económico, ya que evade impuestos por $305 millones de forma anual, según estimaciones de Macronconsult.
Frente a esta problemática, marcas como Imelda de Val destacan por su enfoque ambiental, pues el oro y las piedras preciosas que emplea la empresa peruana provienen de organizaciones mineras artesanales y de pequeña escala (MAPE), que operan de forma responsable.
Cada pieza se trabaja con técnicas ancestrales durante su desarrollo, al mismo tiempo que se realizan actualizaciones constantes en cuanto a procesos y recursos, sin dejar de lado la esencia del trabajo artesanal para conseguir la mejor calidad y acabado.
Imelda de Val se especializa en el diseño de piezas en base a oro de 18 kilates y piedras preciosas como: diamantes, esmeraldas, rubíes y zafiros, todos de procedencia legal y dirigido a dos segmentos de mercado: novios y joyería de autor. Este último le ha permitido compartir las anécdotas y experiencias personales conmovedoras de sus clientes, que se plasmaron en diseños únicos, capaces de narrar historias de amor, lealtad y superación personal.
Actualmente, la marca se encuentra en un proceso de internacionalización, que le permitirá comercializar las piezas de joyería fina de autor en el extranjero y así ampliar aún más su cartera de clientes y atraer la atención internacional hacia la minería consciente y responsable en el Perú.