Manuel Elguera Diez Canseco regresa a la escena artística limeña
Sus innumerables exploraciones en las profundidades del océano, sus experiencias retando a las olas o sus interacciones con las especies que habitan en aquellas aguas que atraviesan continentes, han formado esa conexión ferviente e inquebrantable que el artista peruano Manuel Elguera guarda con el mar.
Para este exponente del expresionismo abstracto introducirse en el océano es encontrarse con mundos paralelos y distantes, con estados emocionales que cual espejismos, recrean paisajes mentales producto de sus vivencias.
Es así que luego de 15 años desde su primera muestra individual, Elguera presenta Espejismos de Altamar. Dicha exposición compuesta por 11 piezas, nos invita a través del juego de las infinitas gamas de azules, transparencias y escenarios abstractos, a adentrarnos en ese lugar íntimo del artista, desconocido y fascinante que nos devela emociones como la furia, la calma, la incertidumbre, la alegría y el caos, que han venido bañando las distintas etapas de su historia de vida, que nos narran aquella apasionada complicidad del artista con el mar en todos los sentidos.
Bajo la representación de la reconocida art advisor Marissi Campos y la curaduría de Patricia Alor Pretell, la inauguración de Espejismos de Altamar se llevará a cabo el martes 11 de octubre a las 19 horas en las instalaciones del hotel Pullman de San isidro (Av. Jorge Basadre 595). Así también, estará disponible para el público en general del 12 de octubre al 18 de noviembre.
Cabe destacar que Espejismos de Altamar forma parte del cronograma de exposiciones del colectivo peruano de arte Sempiterno en los hoteles Pullman y contribuye significativamente con la promoción de nuevos espacios para difundir el arte en nuestra capital.
Sobre el artista Manuel Elguera Diez Canseco
Manuel Elguera Diez Canseco (1972, Lima, Perú). Artista autodidacta, representante del expresionismo abstracto.
A través del color y el uso de óleos, látex o acrílicos, expresa su personalidad, sus estados emocionales, su mundo de recuerdos, añoranzas y pasiones del inconsciente. Así mismo, podemos distinguir en su producción chorreadas o barridos de pigmentos propios del uso de distintas herramientas que aportan en su dinámica pictórica y el estudio a modo de juego de las infinitas gamas de azules.
La impronta de su obra pasa también por la conexión entre su pasado y presente, un trance que disfruta mucho. Nos hace apreciar atmósferas abstractas que bien pueden ser sacadas de nuestros más inolvidables sueños, así como escenarios borrosos o espejismos que traen a la mente al mar, ese con el que nacen y aman los peruanos.