90% de los casos de infecciones urinarias son de origen bacteriano

Como indica el Dr. Juan Pablo Castillo del Centro Médico Urozen, la E. Coli es una enterobacteria que habita de forma frecuente en el tracto gastrointestinal de personas sanas, pero que se torna perjudicial al invadir las vías urinarias. La mala higiene, el uso de vestimentas que impiden la correcta ventilación o la misma actividad sexual propician el desplazamiento de estos microorganismos a la uretra.

«Además de ello, la anatomía de la mujer es un factor de riesgo para desarrollar infecciones urinarias, pues la proximidad del tracto digestivo con el meato urinario y la corta longitud de la uretra femenina facilitan la llegada de bacterias hacia la vejiga. Las estadísticas señalan que una de cada tres mujeres tendrá un primer caso de ITU antes de los 24 años», agrega el doctor.

Pese a ser un problema común, no debe tomarse a la ligera, por eso el especialista ofrece cinco consejos para reducir el riesgo de tener infección urinaria:

1. Higiene de adelante hacia atrás. Limpiarse en esa dirección, posterior a ir al baño, evita que se transporten bacterias del ano hacia la uretra.

2. Beber agua. El tomar un mínimo de 2 litros de agua diario va a tener la capacidad de expulsar los microbios de forma mecánica a través de la orina, y no solo eso, el flujo frecuente evitará en el contexto de una infección que los microorganismos proliferen.

3. Usar prendas de algodón. La ropa muy ajustada o de materiales sintéticos incrementa la sudoración en la zona y crea un entorno húmedo que favorece el recorrido de las bacterias. Por el contrario, las prendas íntimas de algodón permiten una mejor ventilación y son hipoalergénicas.

4. Orinar luego de la actividad sexual. La fricción durante el coito puede ocasionar que algunas bacterias ingresen al conducto urinario. De ahí la importancia de miccionar después de un encuentro sexual con el fin de eliminarlas, siendo esta una recomendación que también se extiende sobre todo a paciente con infecciones urinarias a repetición

5. No automedicarse. No todos los cuadros de cistitis son producidos por bacterias, hay un gran grupo de pacientes que desarrollan estos síntomas miccionales, no relacionados a gérmenes. El tomar fármacos sin supervisión hará que estos tengan resistencia a los antibióticos usados y sean menos efectivos cuando realmente se necesiten. Por esta razón, todo tratamiento debe estar respaldado por un diagnóstico médico.

Antes de recetar algún antibiótico, el profesional de la salud realiza una entrevista para conocer los signos y síntomas. Posteriormente, dependiendo del caso, ordena exámenes complementarios, como análisis de muestra de orina, urocultivos en el laboratorio, ecografía, tomografías o procedimientos endoscópicos, según el caso lo requiera y en el contexto adecuado.

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