8 consejos para lavar las zapatillas de manera correcta

En estos días en los que no se puede salir de casa, podemos aprovechar el tiempo libre para darle un merecido mantenimiento a nuestras zapatillas de running después de tantas salidas a correr, para seguir conservándolas en buen estado. Una buena manera de mantenerlas, es dándoles una lavada a mano, para no arriesgarnos a dañar la tecnología con las que han sido diseñadas.

Diego Neyra, atleta y Frontrunner de ASICS Perú, nos enseñará cuales son los materiales para lavar nuestras zapatillas y cuál es la manera correcta de hacerlo. Para empezar, necesitamos: detergente suave o jabón que se utiliza para el lavado de ropa, una escobilla suave o un cepillo de dientes, una esponja, toallitas de papel y una tina de agua tibia.

Pasos a seguir:

1. Sacamos los cordones y la plantilla de la zapatilla para lavar todo por separado.
2. Llenamos una tina mediana con agua y añadimos 1 cucharada de detergente
3. Con una toallita de papel seca, retiramos los restos de barro y suciedad.
4. Para limpiar la suela, utilizamos un cepillo suave o un cepillo de dientes mojado en agua tibia con jabón. Luego se enjuaga con una esponja o con toallitas húmedas.
5. La parte superior de las zapatillas, se lava utilizando una esponja húmeda con jabón y restregando suavemente. Lo ideal es no sumergir las zapatillas en agua.
6. Para limpiar las plantillas interiores, mezclamos agua con jabón y frotamos bien la superficie con una escobilla, luego retiramos los restos de suciedad o de jabón con una esponja húmeda. No es necesario meter las plantillas en el agua porque la espuma podría dañarlas.
7. Lavamos los cordones con jabón en el caño.
8. Por último, dejamos secar las zapatillas al aire con toallitas de papel en el interior. Las toallitas ayudarán a absorber la humedad y mantendrán la forma de las zapatillas mientras se secan.

¿Qué no hacer?

Diego recomienda no meter las zapatillas de running en la lavadora, debido a que la tela y los adhesivos de las zapatillas pueden dañarse si los sumerges en agua.

Tampoco utilizar lejía ni productos para la limpieza del hogar para lavar las zapatillas. Y por último, no secarlas en la secadora, cerca de un radiador, ni bajo la luz directa del sol porque el calor hace que pierdan la forma o se rompan. Lo mejor es dejarlas secar al aire libre.

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