7 cosas que debes saber sobre la bronquiolitis
La bronquiolitis es una patología frecuente en bebés y niños menores de 2 años. Es la obstrucción bronquial producida como consecuencia de una infección respiratoria aguda. Suele estar precedida por un cuadro similar al resfriado común y en casos severos se recomienda la hospitalización del niño para evitar complicaciones. El doctor Carlos José Mendoza Fox, neumólogo pediatra de la Clínica Ricardo Palma, explica 7 puntos que debemos saber sobre esta afección.
Es causada por infecciones virales, principalmente por rinovirus y virus sincitial respiratorio. También por otros virus respiratorios como influenza, adenovirus, coronavirus, entre otros.
Sus síntomas iniciales duran entre 1 a 3 días y son: congestión nasal, tos y fiebre leve. Posteriormente, el pequeño puede presentar dificultad para respirar caracterizada por aumento de la frecuencia respiratoria, sibilancias (silbido de pecho), hiperinsuflación torácica (pecho inflado) y retracciones (hundimiento costillas).
Los virus que la originan son contagiosos, sin embargo, no todos los pequeños infectados desarrollan bronquiolitis. La mayoría presenta signos similares a un catarro común.
Se previene con medidas muy simples:
– Promoviendo la lactancia materna, pues se asocia a una menor frecuencia de infección respiratoria, menos riesgo de desarrollar bronquiolitis y menor severidad, de llegar a presentarse.
– Evitando el tabaquismo materno para disminuir su incidencia y severidad, sobre todo, durante la gestación.
– Cumpliendo con la cartilla de vacunación del bebé.
– Con la administración de anticuerpos monoclonales contra el virus sincitial respiratorio para disminuir la posibilidad de internamiento en pacientes de alto riesgo.
La displasia broncopulmonar, enfermedad pulmonar crónica, cardiopatías congénitas, prematuridad, edad inferior a 6 meses, hermanos mayores, exposición al tabaco, contaminación ambiental, lactancia materna solo durante 1 o 2 meses, malformaciones, inmunodeficiencias, síndrome de Down, antecedentes personales de eccema y sibilantes son sus principales factores de riesgo.
Los niños con bronquiolitis pueden tener una respiración acelerada y dificultosa, deshidratación, letargo, labios o piel azulada y hundimiento de costillas. Por ello, es muy importante que los padres de familia reconozcan sus signos, a fin llevarlo a un centro de salud con rapidez. El tratamiento consiste en hospitalizar al menor para ayudarlo a respirar y mantenerlo hidratado. Se le administra oxígeno por distintos medios, dependiendo de la severidad, y se le da desde pequeños volúmenes de líquidos o comidas en forma frecuente vía oral o a través de una sonda o vía endovenosa.
Para reducir el riesgo de contraer esta enfermedad se recomienda mantener los ambientes ventilados, evitar contacto con personas con cuadros respiratorios, lavado frecuente de manos de la persona encargada del niño, inmunización contra influenza de los cuidadores y evitar exposición al cigarrillo.