7 consejos para no caer en la trampa de las metas no cumplidas
Las épocas de fin de año, suelen ser de reflexión. Por lo general durante los últimos días de diciembre, nos presionamos por lograr una lista de metas que nos trazamos desde enero.
Si a esto le sumamos algunos factores como la pérdida de un familiar o problemas económicos, esta situación puede agudizarse, generando frustración y haciendo que nos sintamos tristes y apáticos, en lugar de disfrutar de las fiestas de fin de año.
La primera medida es aceptar esa tristeza y no negarla o pretender que no está ahí. Ese momento de bajón anímico puede ser un punto de partida para reflexionar sobre nosotros mismos, sin ser demasiado críticos, ni demasiado permisivos; sino objetivos y con un ánimo positivo, aún con nuestras falencias.
Aquí algunos consejos para lidiar con el ánimo bajo de estas fechas.
– No todo tiene que ser perfecto: Disfrutemos del momento. Si no conseguimos la torta perfecta para la celebración, o no podemos asistir a la fiesta que teníamos pensado, tenemos que tener en cuenta que hay otras formas de superar estos impases y de animarnos a hacer algo diferente. No nos obsesionemos por estar felices todo el tiempo y tratemos de pasar un buen momento con la familia o amigos.
– Tolerancia con uno mismo: Cuando analicemos nuestros logros, no nos juzguemos mucho. Tratemos de ver las cosas de manera objetiva. Quizás algo no salió como esperábamos, pero logramos hacer otras cosas. Seamos flexibles con nosotros mismos y miremos todas las fortalezas que hemos alcanzado.
– Compartir lo que uno siente: No guardemos nuestras emociones. Si constantemente nos sentimos tristes o sentimos que las cosas no nos satisfacen, pidamos ayuda. El fin de año no debe ser una presión para cumplir con metas, sino una oportunidad para hacer cosas nuevas. Siempre es mejor buscar alguien de confianza al que le podamos contar lo que sentimos. Abrirnos con alguien nos permite obtener nuevas perspectivas de las cosas.
– No hay nada mejor que dar: Aunque parezca mentira, a veces, la mejor forma de alegrarse a sí mismo es ser solidarios con los demás. No solo nos da la satisfacción de ayudar a otras personas, sino de poner los problemas en un panorama distinto, que nos permita agradecer por lo poco o mucho que tenemos.
– Juntarnos con gente querida: Busquemos estar alrededor de gente positiva con la que podamos pasar momentos alegres y estar activos.
– Tiempo para uno mismo: Los feriados de fin de año también pueden ser un buen momento para tener tiempo para uno mismo y engreírnos. Ir a tomarse un café, ver nuestra película favorita en la cama, leer un buen libro, darnos un buen baño de burbujas, salir a caminar o, por qué no, disfrutar de un viaje a un lugar que queramos ir desde hace tiempo.
– Dejar el duelo para poder sanar: Cuando estamos sufriendo por la partida de alguien muy querido o estamos saliendo de una relación, lo mejor es encontrar formas positivas de recordar a estas personas. Pensemos en nuevas formas de reconectarnos con los demás, de ir a visitarlos o aprovechar para hacer algo durante las fiestas de fin de año.
Finalmente, García señala que el bienestar personal, siempre y cuando no se trate de un diagnóstico médico de depresión, que sí debe tratarse con expertos, empieza por nuestra actitud frente a los momentos decisivos como el fin de un año que se va.