6 prácticas para prevenir enfermedades cardiovasculares

Investigadores del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos publicaron un estudio donde sugieren que la buena hidratación no solo favorece el funcionamiento del organismo, sino que podría reducir el riesgo de sufrir problemas cardíacos graves en el futuro. Uno de los indicadores utilizados en la investigación para evaluar la hidratación de los participantes fue el nivel de sodio en sangre, que aumenta a medida que disminuyen los líquidos en el cuerpo.

Considerando los resultados, los autores concluyeron que cuando los niveles de sodio en sangre superan determinados niveles, en adultos de mediana edad existe un riesgo mayor de desarrollar hipertrofia ventricular izquierda e insuficiencia cardíaca en los próximos años. A continuación compartimos algunas prácticas a tomar en cuenta para prevenir enfermedades cardiovasculares:

Actividad física. La práctica regular de actividad física reduce las posibilidades de desarrollar enfermedades que sobrecargan al corazón como la hipertensión arterial, el colesterol alto y la diabetes de tipo 2.

Alimentación saludable. Una dieta nutritiva donde se preste atención al consumo en exceso de sal, azúcar, carbohidratos procesados, alcohol, grasas saturadas, presentes en las carnes rojas y los productos lácteos, y grasas trans —presentes en la comida rápida frita y productos de panadería— es una estrategia efectiva para cuidar el corazón.

Seguir al pie de la letra las prescripciones médicas y asistir a controles médicos. Seguir las indicaciones médicas sobre qué medicamento tomar, en qué dosis y por cuánto tiempo para sanar afecciones de salud es una buena práctica de autocuidado, así como asistir a controles periódicos a modo de precaución.

Calidad del sueño. La falta o la mala calidad del sueño puede provocar enfermedades que afectan al corazón. Un adulto promedio requiere al menos siete horas de sueño cada noche, así que debe ser una prioridad en la rutina. Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, dormir en una habitación oscura y silenciosa son hábitos de una buena higiene del sueño.

Controlar el estrés. Comer en exceso, consumir bebidas alcohólicas o fumar son algunos mecanismos poco saludables que las personas utilizan para afrontar el estrés. Por ello es necesario encontrar alternativas efectivas y que a su vez tengan efectos positivos en la salud como la actividad física, ejercicios de relajación o meditación. Se ha demostrado que la promoción de medidas de autocuidado en la población afecta positivamente diferentes dimensiones de la vida de los ciudadanos.

En su conjunto las políticas de autocuidado desarrolladas en la región han conseguido un ahorro de 7,200 millones de dólares y reportan una ganancia de 1.4 millones de QALYs (medida para evaluar la cantidad y la calidad de vida de los ciudadanos beneficiados por las políticas).

«El autocuidado es salud y las prácticas enumeradas son una estrategia para prevenir algunos factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares que están en nuestro control como el sedentarismo», explicó el doctor Heacleff Gutiérrez, director de Asuntos Científicos de la unidad de consumo de Sanofi.

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