5 mitos que debes conocer sobre las vacunas

Los avances de la medicina han mejorado nuestra calidad de vida a lo largo de la historia de diversas formas; un ejemplo claro son las vacunas, que nos han ayudado a derrotar virus y bacterias (como el tétano, la fiebre amarilla, las paperas, el sarampión, etc.) que antes resultaban nocivos para nuestro organismo y que, incluso, provocaron la muerte de miles de personas.

En el Día Nacional de la Vacunación, Jorge Samamé, epidemiólogo del Instituto Daniel Alcides Carrión, nos revela la verdad detrás de los cinco mitos recurrentes en torno a la vacunación:

1. ¿Existe una relación entre las vacunas y el autismo?

FALSO. Muchas personas han relacionado a las vacunas con este trastorno debido a que cuentan con sustancias coadyuvantes, como el mercurio, que le permite a la vacuna actuar con mayor rapidez. Sin embargo, las investigaciones han demostrado, en más de una ocasión, que no existe relación alguna entre estas sustancias y el TEA (Trastorno del Espectro Autista).

2. ¿Mejorar las costumbres higiénicas y sanitarias es suficiente para prevenir enfermedades?

FALSO. Mantener una buena higiene, que incluya hábitos como lavarse las manos al regresar a casa o antes de comer, es una costumbre importante que debemos mantener siempre; sobre todo en estos tiempos de pandemia por el virus COVID-19. Sin embargo, existen microorganismos que se reproducen sin importar la calidad de limpieza del individuo.

3. No es necesario vacunar a los niños porque su cuerpo creará los mecanismos de defensa necesarios

FALSO. Al no vacunar a nuestros hijos los dejamos expuestos a múltiples enfermedades como la poliomielitis que puede provocar invalides de por vida, o la hepatitis B que puede causar hasta la muerte.

4. Las personas de la tercera edad ya no deben ser vacunadas

FALSO. Las personas de la tercera edad pierden gran parte de su capacidad inmunológica que defiende al cuerpo ante cualquier agresión. En el caso particular del COVID-19, ésta es una de las razones por las que forman parte del grupo de riesgo. Por ello, debemos protegerlos a través de las vacunas inmunoprevenibles como influenza (gripe) y neumococo.

5. Una vez erradicado el brote de alguna enfermedad no es necesario vacunarse nuevamente

FALSO. Un reciente caso que ejemplifica este mito es el brote de sarampión del 2019 en diversos países. El sarampión es una enfermedad que dejó de existir hace mucho tiempo gracias a la vacunación, por lo que, de acuerdo a especialistas, este nuevo brote fue un descuido de la población que no se vacunó.

En el caso específico del COVID-19, diferentes países como China, EEUU, Reino Unido, e incluso nuestro país, están trabajando en conseguir una vacuna que nos proteja de este contagioso virus.

Si bien los esfuerzos son enormes, se pronostica que aún tenemos largo trecho por recorrer en la búsqueda de la solución definitiva al virus, que hasta el momento ha provocado la muerte de más de 350 mil personas en el mundo.

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