5 habilidades que se pueden desarrollar en niños a través del juego
Las clases presenciales ya son un hecho. Las aulas han vuelto a abrir sus puertas para retomar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, la pandemia ha creado nuevos desafíos más allá del reajuste de los planes pedagógicos de acuerdo al estadio de aprendizaje en que se encuentran los alumnos. «Hoy más que nunca, es esencial que los educadores podamos jerarquizar las dimensiones emocional, social, física y espiritual para que los alumnos logren un bienestar equilibrado dentro y fuera del aula», indicó Natalia Tieso, directora para Latam de la red de colegios canadienses Maple Bear.
Es importante recalcar el papel del juego en la educación de los niños pues permite que, desde muy temprana edad, sean conscientes de sí mismos, cariñosos, responsables y comprometidos con su aprendizaje para toda la vida. Es por ello que implementar rutinas de juego en el aula y en la metodología de enseñanza impactará positivamente en su desarrollo humano y familiar y dentro de su comunidad.
1. Conciencia de uno mismo: para esto es importante que adquieran y apliquen conocimientos, habilidades y actitudes para desarrollar identidades saludables.
2. Autogestión: requiere que aprendan a gestionar emociones y alcanzar metas personales y colectivas.
3. Conciencia social: se basa en que sientan y muestren empatía por los demás.
4. Habilidades relacionales: consiste en que puedan establecer y mantener relaciones de apoyo.
5. Toma de decisiones responsables: implica el aprendizaje de toma de decisiones responsables y solidarias.
Centros de aprendizaje: Una metodología para ir más allá de las calificaciones
Si bien cada centro educativo tiene su propia metodología, la directora para Latam de los Colegios Maple Bear resalta el beneficio de los centros de aprendizaje utilizados en la metodología canadiense, ya que estos permiten poner al juego en el centro de la escena enfocando las actividades en los alumnos, como protagonistas, y son apropiadas para el desarrollo académico y de habilidades sociales en grupos pequeños. Estas actividades incluyen: el experimentar, interactuar, reflexionar, comunicar y se organizan en ejes transversales, es decir los alumnos aprenden en contextos reales, combinando pensamiento matemático, exploración y el uso del lenguaje de manera auténtica.