4 formas en las que el juego ayuda a los niños
Como despliegue de la imaginación, jugar significa crear, interactuar y expresar, poniendo en acción mente, cuerpo y emoción a través de actividades que implican un disfrute natural para los menores, como representaciones, juegos de mesa o de rol, manualidades, historias, entre otros.
Reconociendo la importancia del juego en la niñez, Buckner Perú está emprendiendo #RegalemosEsperanza, una campaña en la que se regalará canastas para familias vulnerables, cubriendo necesidades lúdicas o motrices, sanitarias y nutricionales.
«El juego es un medio para el aprendizaje significativo, que facilita explorar el entorno y beneficia el desarrollo cognitivo, emocional y social en la infancia, estimulando la creatividad y permitiendo manifestar necesidades e intereses», señala Rosa Moquillaza, Psicóloga de Buckner en Perú.
A continuación, Rosa Moquillaza comparte 4 formas en las que jugar favorece a la niñez.
1. Estrechar lazos familiares: Los juegos pueden incluir a diversos miembros de la familia, y ante el confinamiento social, se crea una oportunidad de convivencia en la que jugar se convierta en una actividad compartida, estableciendo y reforzando vínculos. Además, las tareas rutinarias del hogar también pueden realizarse de manera lúdica, aportando a la autoconfianza, autoestima y autovalía.
2. Potenciar la creatividad: En el juego, se tiene la oportunidad de poner en práctica nuevas ideas y resolución de problemas, por ejemplo, a través de dinámicas como darle un uso diferente a un objeto ya conocido, que puede ser empleado en historias, representaciones o manualidades.
3. Practicar la inteligencia emocional: A través del juego, el niño se encuentra con situaciones en las que expresará sus emociones, teniendo la oportunidad de identificarlas y reconocerlas. A medida que los menores van creciendo, tendrán mayor facilidad para tolerar la frustración y ser empáticos, alineado con un proceso sano de socialización. Para esto, los adultos tienen un rol importante, conteniendo y modelando cómo se gestionan las emociones que aparezcan.
4. Favorecer el desarrollo psicomotor: Dentro del juego, el propio cuerpo de los niños se convierte en una herramienta para realizar las acciones que les resulten naturales. Al llevarlos a cabo, movimientos como saltar, correr, bailar, hacer piruetas o mantener el equilibrio ayudarán a la aptitud psicomotora y neurocognitiva, así como a la agilidad motora y un crecimiento saludable en general.