3 mitos que impiden al país migrar a una economía circular

La economía mundial posee un esquema take, make and waste (tomar-hacer-desperdiciar), consumiendo 100 mil millones de toneladas de materiales al año y desperdiciando más del 90%, donde solo el 8.6% regresa a nuestra economía.

Sin embargo, en 2018 esta circularidad global era mayor, llegando a 9.1%. Debido a este aumento, se ha difundido mucho la idea de migrar hacia un esquema de economía circular, la cual plantea reducir la extracción de recursos usando energías renovables a fin minimizar los daños y la generación de residuos.

¿Y en nuestro país cómo vamos?

De acuerdo a cifras del Sistema Nacional de Información Ambiental (2018), el Perú generó 7´005,576 toneladas de residuos sólidos municipales urbanos, de las cuales solo se reciclaron el 1.9% del total (plástico, vidrio, cartón, entre otros).

«Esto demuestra que aún tenemos un esquema de economía lineal, pero la buena noticia es que tenemos mucho por avanzar. En ese sentido, en el 2021 el Ministerio del Ambiente impulsó iniciativas como el Pacto Peruano por una Economía Circular, precisamente para encaminarnos hacia el modelo circular, promoviendo la articulación entre el sector público, las empresas, la academia y la cooperación internacional», señala Omar Begazo Cornejo, docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Norbert Wiener.

El Perú, con ello, asumió retos importantes como generar condiciones para el uso eficaz y eficiente de los insumos, generar investigación e innovación tecnológica, implementar acciones de educación y sensibilización ambiental en la población, entre otros.

Las empresas privadas, sin importar su tamaño, son las más interesadas en aplicar este nuevo modelo de negocio, ya que reduce costos, promueve un beneficio para la sociedad, optimiza el uso de recursos, y genera mayor valor, eficiencia y competitividad.

Desde hace varios años, empresas peruanas de diferentes sectores han diseñado planes de sostenibilidad para los productos y/o servicios que ofrecen, desde reutilización del agua, desechos orgánicos, reciclaje, etc., de manera que aprovechan los residuos de una industria para reutilizarlos en otra unidad de negocio.

En opinión de Begazo Cornejo, docente de la Escuela de Posgrado Wiener, se requiere también acabar con tres mitos que rondan al esquema de la economía circular, que serían los siguientes:

1. Muchas veces se piensa que son los gobiernos los que deben liderar el tránsito de la economía lineal a la circular, pero este no puede hacerlo si no va de la mano del sector empresarial privado. Entender esto es importante porque permite una visión integral de la economía, de la sociedad y porque la base de este esquema son los nuevos modelos de negocio, el emprendimiento y la innovación.

2. Se asocia el concepto de economía circular con responsabilidad social. En este punto es importante recordar que no se trata de publicidad o de imagen institucional. La responsabilidad social en ese sentido es un compromiso con el impacto de nuestras actividades, con nuevas formas de gestión, formas diferentes de hacer las cosas, con más eficiencia y mayor beneficio para la sociedad.

3. Por último, un aspecto importante es que el Estado (gobierno) es un promotor, por lo tanto, sus acciones deben generar incentivos suficientes en cada etapa del proceso productivo para las inversiones y la innovación. Asimismo, es importante fortalecer el esquema de indicadores para el seguimiento de la economía circular.

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